Marcelo Gordín, Director de Énfasis Motivation Company
Quiero compartir mi experiencia y mis pensamientos como empresario Pyme en estos tiempos que nos tocan vivir. Espero te agregue valor.
1. SORPRESA
Lo primero que nos tocó vivir en este proceso que estamos atravesando es sorpresa. De tener una empresa en marcha, con ventas, movimientos, objetivos, los equipos trabajando a pleno hemos pasado de un día para el otro a tener que cerrar. Nadie estaba preparado para esto, ni los libros, ni la facultad, ni ningún consultor nos enseñaron cómo hacer para detener de repente las operaciones por completo. Pero ahí la ventaja de ser argentinos. ¿Nosotros algún ejercicio de crisis tenemos, no? Pero esta vez es muy diferente, no es nuestra solamente, el planeta está así y a todos nos sorprendió por igual.
2. MIEDO
Después de sorprendernos empezamos a mirar para adelante y nos aparecen los fantasmas (ahora sí argentinos). Ya vimos fundir a nuestras padres o abuelos, los de más 50 vivimos ya varias crisis (el 2001, los Lehman Brothers, la gripe A, las benditas devaluaciones, etc. etc.).
Además de líderes, empresarios, padres o madres y tantos otros roles, somos personas. Sentimos, nos atraviesan sensaciones y en estos momentos aparecen el insomnio, las contracturas, gastritis o cualquier otro síntoma que a cada uno le surja. Normal, natural, lo que podemos hacer es meditar, hacer yoga, caminar en casa, hacer la actividad física que se pueda en estos momentos de encierro. Cuidar nuestro equilibrio físico mental y espiritual es la clave para sobrellevar esto de la mejor forma.
3. ANALISIS NUMERICO. ESCENARIOS
Llegó el momento de analizar los números. Esta vez con una particularidad, no sabemos cuánto va a durar esto. Es como estar en medio del mar con una canasta de comida (plata) y no saber donde está la orilla.
Comenzamos a mirar cuánto tenemos, cuánto nos deben y cuánto tenemos que pagar. ¿Cuánto nos queda? ¿Quiénes no nos van a pagar o nos vendrán los cheques rechazados? ¿Con quién podemos negociar quitas? Llega el momento del renglón por renglón para tener una idea de hasta cuándo aguantamos sin facturar. Hacemos escenarios posibles, uno, dos, diez diferentes; si arranca en junio, o en septiembre o el año que viene… Y ahí empezamos a tomar las primeras decisiones. Tengo una mala noticia: esas decisiones van a cambiar muchas veces. A no angustiarse, no es sinónimo de debilidad, somos humanos y esta vez no sabemos, de verdad.
4. COMUNICAR AL EQUIPO
Las decisiones que tomamos impactan a nuestro alrededor, cargamos con la responsabilidad de muchas familias que dependen de nuestras decisiones y tenemos la obligación de enfrentar lo que nos tocó. Liderar es entre otras cosas dar visibilidad, y de eso se trata. Hablar de frente con nuestra gente y vamos a tener que aceptar que no todos estarán de acuerdo con lo que decidimos. Pero es otro costo que tendremos que asumir. El único secreto a mi criterio es ser sinceros, no hay nada que ocultar. En esta todos vamos a tener que perder algo, es inevitable. Siempre habrá alguno que crea que había que haber hecho otra cosa. Mi única sugerencia es compartir las decisiones con nuestros mandos medios, escuchar sugerencias (no nos olvidemos que no tenemos la verdad) para alivianar nuestra carga y para que lo que decidamos tenga consenso dentro del equipo.
5. MANOTAZOS DE AHOGADO
Ya sabemos donde estamos, ya le avisamos al equipo, entonces todos salimos corriendo, cada uno corre para donde puede, algunos salen a tratar de vender no se bien qué (algo digital, ofrezcamos por Mercado Libre, hagamos delivery, o tantas otras opciones), a otros el miedo los paraliza, otros hacen catarsis con colegas, amigos o quien sea que nos permita ver que no estamos solos. Sin embargo, lo más probable es que este camino no nos lleve a ningún lado. Reaccionar rápido está bueno pero no a cualquier costo. El día después vendrá y no podemos hipotecar nuestro futuro ni el de nuestras compañías.
6. ADAPTACIÓN
El tiempo de salir a lo loco a vender como se pueda dura un tiempito pero no puede ser para siempre. Los restaurantes, heladerías, y otros negocios venden por delivery entre un 10 y un 30% de lo que venden habitualmente y eso no alcanza. Entonces empezamos a adaptar nuestros procesos, nuestras herramientas digitales y nos vamos adaptando al nuevo mundo. Primero, queremos vender lo mismo de siempre pero digitalmente y no es lo mismo. Es como querer poner un cuadrado adentro de un círculo. Es necesario generar productos y servicios diferentes. Para eso la clave es separar del equipo a un grupo que salga de la urgencia y se centre en lo importante: pensar nuevos productos para que nuestros nuevos consumidores nos elijan.
7. ACEPTACIÓN
Ya la empresa empieza a funcionar como se puede. Vendemos un poco, el gobierno nos da una mano con los sueldos y las cargas sociales, ya ajustamos los gastos, algo facturamos, el equipo ya está funcionando en modo virtual, no paramos ni un minuto, zoom con uno, zoom con otro y así estamos todo el día. Trabajamos más horas y ya ni sabemos si es martes o domingo. Pero ya aceptamos lo que nos tocó y nos vamos adaptando y hasta a veces disfrutando de estar todo el día en short en el sillón de casa.
8. ANÁLISIS PROFUNDO
Llegó el momento del replanteo más profundo. ¿Cómo quiero vivir? ¿Cómo quiero que sea mi empresa? ¿Cuáles serán los nuevos paradigmas del mundo que viene? ¿Qué necesito en el nuevo mundo? ¿Estoy preparado? ¿Estamos preparados?…
No perdamos la oportunidad que esta pausa nos ofrece. Es el momento de hacernos preguntas y más preguntas. No es tiempo de respuestas, lo más probable es que no las tengamos aún pero ya llegarán. Revisen que pasó un tiempo después de grandes crisis y se van a encontrar con grandes cambios y crecimientos, tanto en el mundo como en lo personal. Atravesarlo es duro pero esto también va a pasar. Como dijo Einstein las crisis son las mejores oportunidades para generar cosas nuevas.
9. BÚSQUEDA DE SOLUCIONES
Cuando empiecen a aparecer las respuestas a nuestras preguntas (ya van a aparecer), habrá que buscar las soluciones posibles.
Se habla de que el mundo va a cambiar después de esta pandemia, ¿será así?, la verdad que no lo sabremos hasta que ocurra pero lo que sí sabremos en esta etapa es qué queremos nosotros ¿cómo queremos vivir? ¿Adonde vamos? ¿Adonde queremos llegar? Cuando tengamos claro el destino empezarán a aparecer los cursos de acción posibles. Tendremos muchas soluciones a la mano para decidir y empezar una nueva era.
10. TIEMPO DE ELEGIR
Ahora a elegir el rumbo, lo cierto es que, al día de hoy, no creo que nadie tenga idea de cuál es, pero de lo que estoy seguro es que nos llevará a un lugar mucho mejor que en el que estamos hoy.
Volverán las angustias, los miedos, las contracturas… pero después podremos decir sin lugar a dudas qué difícil fue esta pandemia pero cuánto aprendí y como me ayudó a vivir mucho mejor.
No perdamos la oportunidad.